3 dic 2006

La luz verde

Vimos una estrella fugaz verde que caía en forma perfectamente perpendicular una noche de primavera. Pero la emoción terminó de inmediato cuando ella, que para mí encarnaba toda la magia, se empecinó en creer que se trataba sólo de una bengala.

Por eso no hubo deseos a consecuencia del meteoro, cuya existencia se atribuyó sólo a la supuesta travesura ilegal de un tipo cualquiera, que con una caja de fósforos Copihue en sus manos habría encendido una mecha para adornar con luz el cielo sin gracia de un firmamento pobremente estrellado.

Y aunque ambos vimos la misma luz, por alguna razón la vimos distinta, por alguna razón fue un brillo que iluminó distintos senderos, que seguimos hoy, y que nos llevan a lugares lejanos y muy distantes.

No hay vuelta atrás, la oscuridad es total, pero las mágicas estrellas fugaces pueden volver a caer en cualquier momento... y mis ojos estarán ahí para capturarlas, porque mi magia sigue intacta y porque, cuando se camina sin ver hacia donde, se puede llegar a cualquier lado.

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