14 nov 2006

Correcto

Después de pensarlo mucho, opté por cruzar la barrera entre lo correcto y lo incorrecto. Fue entonces cuando de lo incorrecto pasé a lo correcto y no al revés.

Era todo tan distinto en este nuevo lugar, todo tan ordenado, tan organizado, tan civilizado, tan predecible... tan ...correcto, que me vino una especie de ahogo y desesperación.

Debo decir que estando ahí, nada de lo que hiciera podía ser incorrecto, aunque así lo deseara desde mi interior rebelde, y ese resultado siempre tan dentro de la norma, por más que faltara a ella causaba en mí una sensación de desesperación extrema y ganas de huir despavorido.

Un pensamiento incorrecto, sin duda, que en la acción volvía a la corrección, al orden, la tranquilidad y el tedio.

Descubrí más tarde que prácticamente todo mi correcto círculo social estaba conformado por incorrectos como yo que habían traspasado aquel límite delgado en un momento de disyuntiva.

El tema lo abordamos una vez en un muy bien organizado encuentro de amigos, quizás a consecuencia de la muy correcta elección del licor dispuesto para los comensales.

De pronto noté que el ambiente se tornó denso con ese tema difícil. No me quedó más remedio que darle ánimo a mis amigos y les dije que en cambio, el otro lado estaba lleno de incorrectos sufriendo por su correcta mentalidad.

Afortunadamente todos volvieron a sonreír y la velada resultó perfecta.

A eso debo agregar que quedé satifecho y feliz, con la inmensa tranquilidad de haber hecho lo correcto.

No hay comentarios: